La modificación no ha surgido de la voluntad popular, sino que viene impuesta por los mercados financieros internacionales, lo que supone una cesión de nuestra soberanía al sector económico más infame que existe: el de la especulación. Esto deja bien claro quienes son los infames que están detrás de nuestros infames políticos.
La modificación se plantea cuando existen unas elecciones convocadas, lo que resta legitimidad al actual presidente y a todo el Parlamento. Si se ha decidido que el pueblo soberano elija a sus nuevos representantes, no se debería adoptar una medida así hasta entonces.
La modificación se hace por el trámite de urgencia, sin dar ninguna explicación al respecto. No parece que exista prisa alguna para adoptar una medida que deberá regularse con una Ley Orgánica, que no aparecerá hasta junio de 2012; y establecer unos límites que no estarán vigentes hasta 2020. Ya sé que estas fechas pueden extrañar a muchos; pero es lo que recoge la disposición adicional única:
Y el último esperpento es que se nieguen a someter la reforma a la aprobación popular en referendum, precisamente cuando más indignación social existe con la prepotencia de los políticos. No sólo hacen lo que les viene en gana, sino que quieren que quede bien claro que lo hacen en contra de nuestra voluntad, la supuesta voluntad soberana del pueblo.
¿Seguiremos sentados?
¿Volveremos a votar a cualquiera de estos sátrapas?